Pensé que era un nuevo correo de SAM
- SAM
- 27 mar
- 1 Min. de lectura
No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Eso es lo que me dijo una suscriptora cuando dejó de rebir los correos de SAM.
Te contaré algo...
Voy a ser breve que ando liado.
Las cartas-café dan mucho juego.
Las puedes utilizar para contar cosas profundas, personales, emocionante, descargar la rabia o incluso reírte a carcajadas.
Pero también son perfectas para contar cosas más banales o carentes de "importancia".
Tener alguien a ahí, al otro lado, para escuchar lo que tienes que decir, ya es un regalo.
El día a día es estresante y vivimos a la carrera.
Empezamos el día pendientes de no dormirnos, de no llegar tarde al trabajo.
Del tráfico.
Los compañeros.
Las facturas.
La compras.
La hipoteca.
Todo es importante y todo es para ya.
¿Y qué hay para ti?
¿Qué hay de lo tuyo?
Pues olvídate, porque nadie va a mirar por ti.
Por tu bienestar.
Por tu desahogo.
Por tu vida.
Y no, no te equivoques.
Yo tampoco haré nada por ti.
No.
Nadie puede hacer nada, que tú misma, no estés dispuesta a hacer por ti.
Nadie.
Ahí está la clave del éxito.
Es justo eso, en serio.
No busques más.
Las herramientas están, las puestas están abiertas y las posibilidades existen, pero los milagros no.
Los milagros no existen.
Si no mueves el culo, si no das el primer paso, si no insistes, nadie lo hará por ti.
Nadie.
¿Yo?
Tampoco.
SAM
¡Construir la vida que deseas
está en tus manos!