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La importancia de mirar fuera de la caja

  • Foto del escritor: SAM
    SAM
  • 18 mar
  • 2 Min. de lectura

Si hay algo realmente importante que nos diferencia como personas es la autenticidad.


El poder ser únicos, autenticos, diferentes.


A eso yo le llamo "Mirar fuera de la caja".


Nada de seguir al rebaño.


Eso está bien para otros, no para mi.


(...)


Hoy te contaré una historia, una reflexión personal para que tú también puedas mirar fuera de la caja.


Pero te advierto, a partir de aquí todo empeza a cambiar.


Tú decides.





Te cuento....


Cuando yo era un niño no nos dejaban salir del barrio.


Vivíamos en el barrio.


Jugábamos en el barrio.

Hacíamos chabolas en el barrio.

Nos bañábamos en el barrio.

Nos peleábamos en el barrio.

El primer beso que recibí también fue en el barrio.


Todo era en el barrio.

Todo era el barrio.


No salgas del barrio.

No te alejes.

No cruces la frontera que fuera se esconde el hombre del saco.


Nos decían una y otra vez para tenernos asustados, controlados.


Y todo lo hacíamos en el barrio.


El mundo era el barrio.

Los amigos, las casas, el mar, los barcos, la gente, el suelo adoquinado, todo.

Mi mundo era el barrio.


Así pasé la niñez, pensando y pensando que algún día saldría del barrio.


No podía irme lejos caminando, no me dejaban, estaba en pañales y descalzo.


Pero sí podía soñar,

para eso no necesitaba estar calzado.


Soñaba con volar.

Con viajar.

Con conocer.

Con explorar.


Soñaba con acariciar las estrellas.

Las nubes del cielo.

El horizonte del mar.


Soñaba con descubrir nuevas historias.

Nuevas formas de pensar.


Soñaba con ser yo.

Con ser distinto.

Diferente.


Soñaba con amar y ser amado.

Con reírme del pasado.


Soñaba con lograr algo que no había ni imaginado.


Soñaba con ser libre y por fin lo conseguí.


Conseguí mirar dentro y ser feliz.


(...)


Pero el barrio no calla.

Sigue hablando.

Recordando los límites diarios.


El barrio te llamará una y otra vez

no te dejará vivir,

con la excusa de mantenerte a salvo,

lejos del hombre del saco.


Protegida, pero sin vida.


Sí, así es el barrio.


Duro, frío, miedoso.


Date cuenta cuando él habla, porque si lo escuchas podrás silenciarlo.


Se distinta, diferente.

mira fuera de la caja,

mira fuera del barrio.


Los limites del barrio son fronteras imaginarias que te impiden dar más pasos.


Ya no estás en pañales,

ya no estás descalzo.


Ahora ya lo sabes.


No puedes echar la culpa al barrio,

ni al padre, ni a la madre, ni al espíritu santo,

es momento de mirar a dentro, escuchar al barrio y si te atreves ignorarlo.....


a él y al terrible hombre del saco.



SAM


¡Construir la vida que deseas

        está en tus manos!



 
 

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