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Hacerse las uñas, menuda tontería

  • Foto del escritor: SAM
    SAM
  • 20 nov 2024
  • 3 Min. de lectura

Hoy te traía un post sobre "hacerse las uñas, menuda tontería" sacado de un estudio realizado por la prestigiosa universidad de mis santas pelotas.


Con este tema siempre hay decisiones enfrentadas.


Uñas si, uñas no.


¿Tendencia? o ¿Cuidado?


¿Chinas? o ¿Europeas?


¿Baby boomer? o ¿Francesa invertida?


Pero bueno, paso de debates absurdos que no aportan nada.


Vamos a lo importante.


El crecimiento personal está en todas partes.


Sí, en todas partes.


Te cuento....


Tranquila que no te voy a dar mi opinión de gurú de uñas, ni nada parecido.


Voy a hacer algo mejor.


Voy a dejar hablar a Vanesa Juez, manicurista de Úrsula Corberó.


¿Qué si he contactado con ella?


No, no, para nada, no sabría donde llamarla.


Lo que he hecho es leer un articulo muy interesante de Ana Morales en la revista Vogue España sobre el cuidado de las uñas.


Te lo dejo completito aquí.


(...)


El artículo refleja a la perfección las conclusiones de la universidad de la que te hablaba al principio, así que sus palabras las hago mías y las quiero compartir contigo.


Que... ¿Por qué?


Porque sí, porque tú lo vales a mí me apetece y punto.


Ala, te dejo con Vanesa Juez....


Las uñas como gesto de autocuidado


Que la manicura profesional es el nuevo ‘lavar y peinar’ no es nada nuevo. Si hasta hace relativamente poco ponerse en manos (nunca mejor dicho) de un experto para ‘hacerse las uñas’ era algo que la mayoría de los mortales reservábamos para ocasiones especiales, hace tiempo que ir al salón de manicura se ha convertido en hábito para muchas personas.


(...)


Según el estudio (...) llevado a cabo por los equipos del departamento de psicología de dos universidades japonesas, el cuidado de las uñas tienen un impacto positivo en nuestro bienestar psicológico.


De hecho, en esta investigación se hace referencia a emociones como relajación, felicidad y sensación de calma durante y después de acudir a un salón a hacerse la manicura. Porque no hablamos solo de las emociones positivas que genera verse las uñas bien, sino también el gesto de autocuidado que supone dedicar un tiempo a ello.


Para la nail artist Vanesa Juez –manicurista de cabecera de Úrsula Corberó– este auge tiene una interesante explicación sociológica y psicológica.


(Atenta a lo que dice ahora)


“Me parece maravilloso que todo el mundo encuentre su momento para cuidarse y sentirse bien. Llevamos un ritmo muchas veces insostenible de estrés y dedicarnos ese momento para parar, pensar en uno mismo y desconectar me parece muy importante. Por eso también, siempre aconsejo encontrar un espacio y un profesional que os haga sentir bien, os cuide, que exista una buena comunicación y haga de ese momento algo especial para vosotros. Que no se convierta en un servicio exprés solo porque es barato ya que al final pasa factura, sobre todo a las uñas”, explica. E incide en el carácter nostálgico de este gesto. “Es un ritual, recuerdo el valor que daban mi madre y mi abuela a ese momento. Precisamente mi madre fue quien consiguió transmitirme la devoción por las uñas almendradas, por conseguir una forma bonita y natural”.


(...)


Nada mas que añadir, crecimiento personal en estado puro.


Pd: Cuidado personal, sentirse bien.

Pd2: Pensar en uno mismo, bien estar psicológico.

Pd3: Encontrar un espacio y un profesional que te haga sentir bien, importantísimo.

Pd4: Que se convierta en un servicio exprés solo porque es barato, es una pena.



SAM


¡Construir la vida que deseas

        está en tus manos!




 
 

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